Algunos tienen dinero, otros tienen belleza, y yo tengo sueño.
—Mamá, ¿recuerdas que te dije que iba a estudiar con unos amigos?. —Sí. —Bueno, necesito que nos saques de la cárcel.
-¿¡Por qué no me despertaste!? -Te hablé 3 veces, te grité 25 veces, te electrocuté y te tiré al suelo -Aaah, que extraño, no escuché.
Ese momento de inseguridad en un examen cuando usas la calculadora hasta para sumar 1+1...
—¡Mamá, mamá!, ¡Despierta! —¿Qué pasó? —Olvidaste tus pastillas para dormir...
–Hola, ¿Hablo con María José? –No, con José María –Mierda, marque al revés.
—¿Policía? —Sí. —Quería denunciar a las vacaciones por exceso de velocidad.